Autor/es: Jorge Daniel Zijlstra
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Venimos al encuentro de Dios como una mujer estéril
que un día llora sus angustias delante de Dios y le pide
“ dígnate mirar la aflicción de tu sierva, acuérdate de mí ”
y a los 9 meses celebra el nacimiento de un hijo.
Venimos con alegría,
dejando atrás lágrimas, congojas, dolores de parto,
porque Dios mismo se ha ocupado de nuestro caso
y ha alegrado nuestro corazón.
Celebramos su gracia y la vida
las bendiciones de su mano
y su amor inigualable
evidente en nuestras vidas.
(cf. 1 Samuel 1: 4-20 y 2: 1-10)
Rev Jorge Daniel Zijlstra Arduin - (Puerto Rico)