24 de abril de 2009
Oración por los derechos de las personas
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En el día de hoy, queremos expresar nuestra solidaridad para
con todas las personas que viven con HIV y queremos elevar
nuestra oración a Dios por ellos y ellas y por nosotros y
nosotras para que en armonía de espíritu aprendamos a vivir
cada día como una gracia de Dios.
La siguiente oración está sugerida para ser pronunciada en
las celebraciones del domingo 10 de diciembre, Día
Internacional por los DDHH.
"Señor Dios, venimos ante Ti con oraciones de súplica en
nuestros corazones. Buscamos el bálsamo que sólo Tú puedes
proporcionar.
Oramos para que todos los niños puedan alcanzar la plenitud
en sus vidas y puedan crecer como Dios quiere. Oramos
especialmente por los niños que están enfermos, heridos,
hambrientos o que viven en hogares con problemas, por
aquellos que deben trabajar, por aquellos que sufren todo
tipo de explotación y abuso sexual, para que puedan conocer
el amor y la sanidad de Dios.
Oramos por las familias, especialmente por aquellas que
conocen el dolor por abusos, divorcio, drogas, enfermedad,
rebeldía, violencia y falta de recursos, para que puedan
encontrar su sanidad.
Oramos por las comunidades divididas por el racismo, la
violencia, el egoísmo ó la ideología, para que puedan
encontrar la manera de trabajar juntos y mejorar la vida de
los niños, las familias y de todos los que viven en ellas.
Oramos por los líderes de las naciones y las ciudades,
empresas y congregaciones, escuelas, hospitales y refugios
para los sin casa, organizaciones locales e internacionales
que protegen a los niños, para que ellos puedan liderar de
tal manera que respetando la diversidad, al mismo tiempo
promuevan los mejores intereses y el bienestar de niños,
familias y comunidades.
Oramos por las víctimas de guerras, enfrentamientos étnicos
y pobreza. Clamamos a Dios para que escuche el grito
pidiendo por justicia, esperanza y libertad para todos los
oprimidos, explotados, perseguidos, rechazados y
discriminados.
Oramos por nosotros. Por los sueños frustrados, el espíritu
golpeado, el corazón herido, la esperanza abatida.
Señor, toca nuestras congregaciones y nuestras vidas con la
ternura que solo Tú puedes proveer, que podamos ser sanados
y renovados para hacer el trabajo para el cual hemos sido
llamados.
En silencio y en esperanza, dejamos nuestras cargas ante ti,
nuestro Dios.
Esta oración ha sido tomada de una circular de la Alianza Mundial Bautista
Palabras relacionadas
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